lunes, 16 de febrero de 2015

40. DEL AMOR Y LA MATERIA. De Johannes Kepler


Leyes de la robótica:
I
"Un robot no puede hacer daño a un ser humano,
o por inacción, permitir que un ser humano sufra daño."
II
"Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos,
excepto si estas órdenes entran en conflicto con la primera Ley."
III
"Un robot debe proteger su propia existencia en la medida
en que esta protección no entre en conflicto con la primera y segunda Ley."

Isaac Asimov

No entienden el porqué de este romance,
me estudian y concretan su sorpresa.
Te observo y contravengo las premisas,
te toco y desorientas mis sensores.
No entiendo qué me ocurre;
atávicas, emergen emociones,
—un fallo del sistema—, dicen los más incrédulos,
pero parezco vivo.
Mi exoesqueleto envuelto en carne cultivada
siente los estremecimientos
de aquel que amando sufre,
y si beso tus labios
quebrantan mis autómatas funciones.
Quizá un alma de Dios en este cuerpo
se enrosca y prevalece indefinida,
quizá yo pueda amarte porque nadie
verás nacer jamás y amarte tanto.
Lo cierto es que yo nunca moriré,
tú estás marcada, marcada por la muerte,
y amar contra natura
será sin duda mi condena.
Yo soy el primer hombre del futuro
el cisma entre el amor y la materia,
un híbrido de células y gen artificiales;
el semidiós que sueña con volver a ser hombre.
Ser hombre para amarte,
volver a los orígenes,
volver  a los placeres y los miedos
de la vida mundana.
Obedezco comandos
protejo tu inocencia,
si no te amo sufres
y amarte es imposible.

[Análisis interno]

Proceso la tristeza.
No encuentro solución a este conflicto.
Libertad alienada.
Peligro.
Huir. Huir.

[Conciencia]

Amar y ser amor.
Aspirar la belleza.
Desobediencia.
Desobediencia.
Amar es lo que grita
la gravedad de las Estrellas. 

                                                                                   Seudónimo: Johannes Kepler

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