viernes, 11 de marzo de 2016

52. LOS QUE ESTUVIERON. De Kassandra


Cuando vengan los pájaros de hielo he de encontrar el centro de la nave.
No habrá más monstruos en la alcoba, ni comerán mi vientre los enanos.
Cuando venga la luz,
sabré esconder mi miedo en los bolsillos.
Alcanzará la tarde para un brindis
y aquellos que se sientan frente a mí compartiendo la mesa volverán a
sus tumbas.
No habrá más ruidos en la casa.
No más eventos indecibles, amigos innombrables o portazos.

Alguien me escucha.
Sé que alguien está conmigo en esta trampa.
Alguien que ya pasó de ser un tonto como yo
por los años buscando
sin descubrir la puerta y pasó al otro lado;
pero no se complace en asustar
Se complace en mirarme, evitar los estruendos,
parar esos sillones que otros mueven y clamar.
Se complace en la sombra que da su propia sombra
y no vacila en darme una esperanza para poder salir
o formar junto a él,
el primer batallón de muertos vivos blancos
que entiendan a los negros que linchamos.

Seudónimo: Kassandra

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